viernes, 11 de noviembre de 2011

AMIGOS DE QUIMSACOCHA Y LA CULTURA



La participación en una contienda electoral de cualquier índole, tiene un reto muy importante y no es precisamente el de acceder al poder o llegar a una determinada dignidad, sino que responde a las expectativas de todos a quienes representan, es decir a todo el pueblo.

Estamos a escasas horas de elegir a los nuevos miembros de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, si bien las 2 listas tiene un plan de trabajo especifico creemos que la formula y el lenguaje utilizado por parte de los amigos de la lista 1, para presentar las acciones y propuestas a emprender, nos dan una idea clara del compromiso que tienen para la cultura, sin lugar a dudas que se trata de un conjunto de personas decentes y ciudadanos atentos a que se empiece a respetar las reglas en el campo de la cultura.

Con satisfacción hemos visto como en su plan de trabajo hay secciones dedicadas al medio ambiente, a la sostenibilidad, a las comunidades campesinas, a la minería, etc. Y esto de la minería es que me hizo recordar que hace un año tuvimos la suerte de compartir espacios llenos de plenitud humana, en el páramo de Quimsacocha con el Arq. Oswaldo Páez, coincidíamos al decir que ese páramo se caracteriza por su riqueza cultural y biodiversidad, pues ancestralmente ha sido territorio de culturas milenarias, de gran importancia. Como sabe Oswaldo, Quimsacocha es importante por ser fuente de vida y es que de él depende el abastecimiento hídrico de la ciudad de cuenca, de sus humedales, laguna s y pantanos nace los principales ríos que embellecen la ciudad de cuenca y en esta parte,  vale recordar que en nuestra cultura Kañari el rio se representaba con una culebra de la que se decía que nace, crece y muere haciendo vivir a su pueblo…Por ello, que bien la propuesta de ustedes, por continuar con el tema de los Kañaris.

Siguiendo con el tema de Quimsacocha hay que destacar las  formaciones vegetales presente en ese ecosistema es único en el mundo, por su composición y endemismo. Alrededor de este paramo se recrean cosmovisiones indígenas y campesinas por ello los páramos, son huellas culturales, e importante elemento de identidad que a demás se liga a la supervivencia de la poblaciones.

Por último quería decir que todas las personas merecemos un trato honesto transparente y sincero, la hipocresía, el desprecio son defectos que imposibilitan la confianza y credibilidad… Ustedes han demostrado a lo largo de vuestras vidas un ejemplo a seguir, por ello mis palabras de aliento para que esta contienda electoral sean ustedes los triunfadores, triunfo que no será de ustedes sino de todo el pueblo

Un abrazo 

Gustavo

miércoles, 9 de noviembre de 2011

CON GRATITUD PARA TODOS


















               

 
Han sido cuatro meses de espera cansada, ocasionalmente aburrida y llena de sinsabores ¡Qué le vamos a hacer! Son  parte de los retos que asumimos cuando aceptamos representar a una lista formada por viejos amigos, nuevos rostros y sentimientos encontrados en la necesidad de empujar adelante un proyecto de renovación integral para la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay. Todos ellos han cumplido a cabalidad y sobre todo, han sido los portadores de múltiples anhelos y expectativas; también de sueños frustrados, pero por sobre todo, las ganas incontenibles de que nuestra Casa retome el camino que se propuso hace más de seis décadas, claro está en las condiciones actuales, en donde se dibuja esta inmensa geografía de rostros mestizos y diversidad cultural.

                Resulta igualmente, que en estos cuatro meses hemos podido adentrarnos en una compleja realidad que permaneció inadvertida por la mayoría de los ciudadanos, incluyendo la de los propios miembros de la Casa de la Cultura, puesto que desde el inmueble central, convertido en una suerte de centro comercial puertas afuera, se impedía saber lo que ocurría puertas adentro. Por ello, esta tomografía del cuerpo interno de la institución, realizada a partir del reconocimiento de sus debilidades y fortalezas, de sus equívocos y aciertos, aunque  resultó dolorosa, nos permitió mejorar las ideas y propuestas que habíamos elaborado en el Plan de Trabajo que entregamos tempranamente.















                

 Paralelamente, en este tiempo pudimos constatar cómo el engranaje del poder teje artificios y maneja los espacios de la justicia, cuando se trata de imponer sus intereses. Dos acciones de protección fueron denegados por los juzgados de Cuenca con la rapidez del rayo, mientras que tuvimos que soportar esta larga espera para que la Procuraduría General del Estado sentencie lo que nosotros habíamos señalado, antes de que el Presidente de la CCNA, pida que a partir de la matriz, sea resuelta la litis. 

                Así, cuando se acerca la hora final y cuando esperamos que ¡ojalá! ya no se presenten más contratiempos, nos reafirmamos como un grupo de personas incluyentes, que se reconocen dentro de un pensamiento pluralista y crítico, con la  riqueza que permite el diálogo entre generaciones distintas y además, con la solvencia de estar integrados por profesionales de áreas diversas. Es decir, los tres componentes que le aseguran al Núcleo el equilibrio dentro de un directorio que no privilegie tal o cual aspecto de la vida cultural, o se incline por grupos sociales determinados, dejando de lado al resto del cuerpo social.















                 

Mañana 10 de noviembre del 2011, será recordado como el día en el que se vencieron las barreras impuestas por el afán de impedir que un grupo de ciudadanos ejerzan el derecho constitucional de elegir y ser electos, puesto que no nos dejamos amedrentar ni vencer; perseveramos y gracias a esta condición que le da al ser humano destino, hemos llegado a la recta final.  Este día será igualmente recordado porque no pudieron las ganas de aflojar nuestros ánimos; pese a todo, superamos las debilidades momentáneas y no claudicamos.

                Por todo ello, mi gratitud para con todos ustedes, compañeras y compañeros de la lista 1. Igualmente, mi agradecimiento a los miembros del Núcleo y a las amigas y amigos que nos acompañaron desde afuera. El triunfo de mañana nos compromete aún más con los postulados que hemos mantenido, en algunos casos a lo largo de toda la vida, en otros, desde hace ya varios años. Todos hemos aportado en algo con el desarrollo de la cultura en nuestro medio y a nivel nacional. Sin embargo, es la hora de juntar hombros por la defensa de la institución y su desarrollo.



                                                         Dr. Jaime Idrovo Urigüen
CANDIDATO A LA PRESIDENCIA 
DE LA CASA DE LA CULTURA, 
NÚCLEO DEL AZUAY

POR UNA CASA DE LA CULTURA EN LIBERTAD DIVERSIDAD


El día Jueves 10 de noviembre de esta semana se efectuarán las ELECCIONES 2011 del Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por ello hacemos un llamado cordial a todos los miembros para que validen con su presencia a la institución rectora de la cultura en el país y la región.

NUESTRA CASA necesita con urgencia de sus miembros, aquellos que hemos sido convocados por ella para protegerla y amarla sin condiciones. Agradecemos a todos y a todas por su voto de confianza en nuestro programa, y reiteramos nuestro compromiso y vocación por la cultura que lo hemos cumplido a lo largo de nuestra trayectoria.

PRESIDENTE: Dr. JAIME IDROVO URIGÜEN, (PhD)
VOCALES PRINCIPALES: Arq. OSWALDO PÁEZ BARRERA, (PhD); CATALINA SOJOS MATA, Escritora; Lcdo. ELIÉCER CÁRDENAS ESPINOZA, Escritor y Periodista; YOLANDA NEIRA ALVARADO, Coreógrafa y Economista.

VOCALES SUPLENTES: MARCO SALAMEA CÓRDOVA, Ensayista y  Sociólogo; CATALINA CARRASCO VINTIMILLA, Artista plástica; SEBASTIÁN ENDARA ROSALES, Escritor y Gestor cultural; OLGA BERMEO SAMANIEGO, Doctora en Filosofía.

martes, 8 de noviembre de 2011

AUTONOMÍA

Raúl Pérez Torres

“Hay que tomarse la Casa”, fueron las palabras vibrantes de Oswaldo Guayasamín a los escritores, pintores y artistas que se convocaron en su taller en l966. La Junta Militar del 63 la había clausurado y echado a su presidente y creador, Benjamín Carrión; y el gobierno interino de Yerovi, transitorio y débil, permanecía con los oídos sordos ante el clamor de los artistas, que pedían la reorganización integral de una Casa presidida por Jaime Chávez Granja y Alejandro Carrión, este último fiel servidor de la dictadura, que insistían en su legalidad. Por ello, el día 25 de agosto de l966, mientras se desarrollaba la Junta Plenaria para nombrar a los mismos de siempre, más de un centenar de artistas y escritores se tomaron la Casa. Entre ellos recuerdo a Oswaldo Guayasamín, Fernando Tinajero, Hernán Rodríguez Castelo, Alejandro Moreano, Ulises Estrella.

Había sido el principio del fin de una institución caduca, torpe y servil. Y este movimiento, donde también estuvo Diógenes Paredes, Rubén Astudillo, Rafael Díaz Icaza, Carlos Villacís, y un sinnúmero de reconocidos intelectuales, daría paso, por su propia dialéctica, al primer Congreso Nacional de Trabajadores por la Cultura. Y fue este movimiento el que devolvió la Casa a su presidente, Benjamín Carrión, y con él, la dignidad y la respetabilidad perdidas. Y es en ese Congreso donde se exige al presidente interino Clemente Yerovi Indaburu, la firma de la Ley de Estructuración de la Casa de la Cultura, la cual, entre otras cosas, decreta por primera vez “la autonomía funcional” de la Casa.

















Todo esto para expresar que la autonomía hay que ganarla y merecerla porque la autonomía es parte consustancial de la cultura, como la libertad es parte del creador. La autonomía es la facultad de decidir en última y definitiva instancia sobre las materias que son de competencia, sujetándose a las normas legales y reglamentarias. La autonomía de la Casa de la Cultura no es la del presidente de turno, ni de su burocracia dorada, sino una autonomía responsable, no ajena sino participativa con los objetivos culturales y sociales de toda la nación.

Es increíble cómo últimamente se ha manipulado la palabra ‘autonomía’. Los interesados se han llenado la boca defendiendo, a capa y espada, no el concepto de la palabra sino lo que han puesto detrás de ella, es decir, la posibilidad de no rendir cuentas a nadie, de actuar a su libre albedrío con los dineros del pueblo, de no preocuparse de un solo proyecto cultural coherente, y de tachar a quien toca sus privilegios, como enemigo de la CCE, traidor a Benjamín Carrión, o “sepulturero de la cultura”.

Me parece que el mejor homenaje que se le puede rendir a Benjamín Carrión no es utilizar su nombre sino seguir sus pasos.

No fue un mal sueño












René Cardoso Segarra


Las recientes declaraciones de un director de cultura en el sentido de que las necesidades de personal que tienen los museos las llenará con empleados que trabajan en otras secciones del municipio cuencano, hicieron que me pellizque con la esperanza de despertar de un mal sueño. Pero el periódico con esta información, era real, se encontraba en mis manos. Inmediatamente se me vinieron a la mente los rostros de muchos jóvenes capacitados en las universidades locales en las áreas de la restauración de bienes culturales, la museología o la gestión cultural. Yo tuve la suerte de compartir con ellos y ellas algunos seminarios y cursos en las universidades de Cuenca y del Azuay. Siempre los recuerdo por sus ilusiones expresadas, sus planes, sus sueños en la vida profesional una vez terminados sus estudios. 



 











He visto con tristeza las enormes dificultades encontradas por estos jóvenes para lograr ubicación laboral. La historia era la misma: funciones técnicas en museos y otras entidades de la cultura, estaban ya ocupadas por personas sin ninguna formación académica en la áreas de la gestión cultural. Es lamentable decirlo: los puestos de trabajo en cultura, en todos los niveles, tienen fuerte dependencia de cuotas políticas. En otras situaciones, cuando las personas no son del agrado del personaje político de turno, los museos o las bibliotecas constituyen las “congeladoras” ideales.

Qué lástima el desprecio manifestado por este señor director de cultura por la capacitación especializada en los campos de los museos, la documentación cultural, la historia, o la administración de la vida cultural. Los postgrados  tampoco sirvieron para nada. Con esta visión chata de la administración de la cultura, todos los esfuerzos de estudiantes y universidades, simplemente se votaron al tacho de la basura. Y lo que más sorprende es que tampoco existieron voces de protesta desde la academia. La orfandad es más cruel. Solamente en la cultura puede ocurrir lo que señalo. Esta situación si se la  trasladara a otros campos del saber como la medicina o la ingeniería, sería  simplemente inimaginable.

Aquí radica la enfermedad crónica de nuestras infraestructuras culturales públicas. Solamente así se puede entender el abandono de los fondos artísticos en instituciones cuya principal misión es la de ser protectoras, custodios de esos bienes que nos pertenecen a todos los ciudadanos. Solamente así se puede comprender la improvisación en instituciones que incluso son imagen internacional de la ciudad y el país.

He aquí un gran reto para la nueva administración de la Casa de la Cultura núcleo del Azuay. Tendrá que hacer exigente veeduría, estar vigilante para que se comience a hacer justicia a quienes se capacitaron con esfuerzo en las áreas del patrimonio, de la historia, de la logística del arte, de la cultura en general. Es otro muy importante tema que tengo la seguridad que la lista presidida por Jaime Idrovo sabrá tratarlo con  la sensibilidad y la entereza necesarias.

Departamento Editorial de la CCE-Azuay













Por Eliécer Cárdenas

La Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión» dispuso de una imprenta prácticamente desde su fundación, con la cual, a lo largo de varias décadas, se editaron obras de autoras y autores cuencanos, forzosamente de calidad desigual, pero que constituyó un espacio democrático para la difusión de la literatura y el pensamiento de la intelectualidad cuencana.

De unos años a esta parte, la actividad editorial de la institución se ha restringido de manera preocupanete, a pesar de que se constituyeron comités editoriales que finalmente no pudieron ejercer sus funciones en vista de la falta de voluntad de quienes dirigían la institución. Esporádicamente se publicaron varios libros, en donde más bien se tomaron en cuenta consideraciones de orden personal y de amistad, sin que se ofrezca un espacio realmente inclusivo para autores y autoras locales, en especial jóvenes que no pertenezcan al círculo de amigos y familiares de los directivos institucionales. Entretanto y sin exageración los autores y autoras cuencanos salvo unos pocos «privilegiados» no pueden editar sus libros ya que la imprenta de la Casa de la Cultura es la única, en definitiva, que teóricamente publica libros, puesto que las otras instituciones cuando lo hacen se rigen más bien por políticas coyunturales, con la edición de libros de lujo como lo hace la Municipalidad de Cuenca. Las universidades editan esporádicamente obras de su Academia, pero no significan espacios de apertura.

















Es por ello que la lista 1 para la dirección de la CCE, Núcleo del Azuay, presidida por Jaime Idrovo Urigüen plantea la creación de la Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Azuay, pero no en el membrete sino como una verdadera infraestructura profesionalmente concebida que abarque, desde la preproducción, con un área de selección bajo criterios que sean al mismo tiempo rigurosos e inclusivos, con comités de selección rotativos y especializados en cada área: Poesía, Narrativa, Teatro, Ensayo, y las áreas de Ciencias Sociales, Historia y Geografía, Arqueología, Patrimonio, Antropología, revistas y boletines, catálogos de arte, afiches,etc.

Una política editorial realmente tal, tiene que ver no solo con la edición sino con la circulación y los derechos de autor. Consideramos que cada autor y autora tienen derecho a percibir regalías de las obras o artícuos que edite la CC, que de alguna manera reconozcan su labor. Los libros editados por la institución han permanecido embodegados a veces por décadas debido a la falta de una política de difusión, que se puede realizar a través de convenios nacionales e internacionales, sistemas de canje y promoción en paquetes atractivos y variados. El diseño moderno y atractivo de las ediciones contribuiría a su promoción, todo ello concebido profesionalemente. De igual forma la editorial tendría ediciones digitales para sus colecciones y revistas, dentro de la más amplia apertura y sin exclusivismos generacionales o de género. Estamos dispuestos a hacerlo.

MOMENTO PROPICIO PARA LA CREACIÓN DE LA SECCIÓN DE PATRIMONIO CULTURAL




















Jaime Idrovo Urigüen
Candidato a presidente CCENA/ Lista 1

                De hecho, en algunas ocasiones nos hemos preguntado sobre la conveniencia de contar con un número crecido de secciones en la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Son doce y muchas de ellas no funcionan, o quizá incluso, nunca funcionaron. De suerte que poner sobre el tapete de la discusión el tema de ¿cuáles deben permanecer y cuales deben desaparecer? puede resultar oportuno, aunque nosotros estamos seguros de que todas ellas se merecen un sitial dentro de la Institución y que lo importante no radica en su eliminación, sino por el contrario, en generar una verdadera reingeniería que permita agrupar secciones por objetivos comunes, permitiendo que entre ellas se estructuren proyectos de realización común, con lo cual la dispersión queda superada y prevalecerá la complementaridad  de conocimientos y su interacción.

                Aparte de lo expuesto, es imperioso contar con nuevas secciones que de alguna manera sean el aglutinante de  las demás, puesto que comporten un carácter incluyente frente a la casi totalidad de las secciones ya existentes. 

                Este es el caso de lo que sería la Sección de Patrimonio Cultural, en una época en la que, por fin, despertado de su marasmo, se comienza a observar este capítulo, en las vertientes del patrimonio materia e inmaterial, como elementos transversales de la cultura en general.

                Nos preguntamos sin embargo ¿para qué una sección que reproduce el rol del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural? Debiendo contestar en primer lugar, que el mismo, al igual que la Casa de la Cultura Ecuatoriana, se encuentra en la mira del la Ley de Cultura que pretende cortar de raíz su autonomía, al eliminar las leyes orgánicas que las sustentan y que en el caso del INPC, este parece ser un tema casi cerrado, puesto que no se han escuchado voces de protesta o cuestionamiento al respecto. 




















Por lo mismo, aparte de contar desde la Casa de la Cultura con una sección que articule los conceptos, la ley y los reglamentos del patrimonio cultural ecuatoriano, dentro de los diferentes proyectos que ejecute, queda la urgencia de que el propio INPC cuente con una veeduría externa para que su propio accionar, si es que no desaparece en el marasmo de la ley que plantea el Ministerio de Cultura y el régimen de Correa, pueda seguir una dirección correcta; por ejemplo: no sujeta a la disposición de los mandos medios, que en muchas ocasiones hacen y deshacen del Instituto, sin considerar los efectos sobre nuestro patrimonio material construido;  también, sobre los abusos que cometen las agrupaciones religiosas en contra de las tradiciones ancestrales de las comunidades indígenas y campesinas, sus toponimias, etc., incluyéndose el abuso de las instituciones públicas y privadas que usan las cimas de cerros tutelares para la ubicación de instalación de tele comunicación, etc., etc.

Se viene además la reorganización del Código Penal, en cuyo cuerpo se incluye la penalización de los delitos contra el patrimonio nacional. Tiempo por demás oportuno para que desde la Casa de la Cultura se estudie y analice con criterio técnico y autónomo este particular, a fin de proponerle al Estado un conjunto de normas y procedimientos que apunten a la construcción de una ley justa, pero enérgica, que proteja los bienes, las prácticas, y los pensamientos que han tallado nuestra identidad histórica y cultural.

Por lo mismo, estas y otras tareas, justifican de sobra la creación de la Sección de Patrimonio Cultural, en tanto que punto de enlace con las demás secciones, constituyéndose además en una ventana crítica de las políticas y obras que ejecutan organismos como el INPC y últimamente los municipios descentralizados.  

Casa de la Cultura: elecciones históricas



















Marco Salamea Córdova
Candidato a vocal/ Lista 1

Las actuales elecciones de la casa de la Cultura, núcleo del Azuay, sin duda que son inusualmente trascendentales; pues las mismas se enmarcan en un contexto social y político donde su autonomía institucional corre el riesgo de ser anulada, tal como se plantea en el proyecto de la Ley de Cultura, aprobada ya en primer debate por la Asamblea Nacional. Por esto mismo la necesidad de que sus miembros tengan un voto reflexivo y  de opinión, antes que de amistad o clientelar, tiene una singularidad histórica. 

NO debe permitirse que pase con la casa de la Cultura, lo que ha pasado ya con la Universidades, y lo que se está dando también con la Federaciones Deportivas del país. Es hora de defender la cultura como uno de los pocos resquicios de la libertad que todavía quedan en el Ecuador, pues la creación intelectual y artística constituye la expresión más elevada de la libertad humana, y hay que preservarla y defenderla como el atributo más preciado de nuestra propia humanidad.














No podemos permitir una actividad cultural funcional al poder, a cualquier tipo de poder; una cultura adocenada en los límites de lo “aceptable” y aceptado; una institucionalidad cultural que reproduzca la vida cultural como una práctica de pocos, y que se manifieste constreñida a los que éstos “cultos” y “expertos” consideren como expresiones artísticas y culturales; dejando de lado, además, la visión de la cultura como un modo de vida que se expresa en todo el cuerpo social, y que en el caso del Ecuador se expresa en la riqueza de múltiples culturas. Es hora, entonces, de democratizar la cultura y de coadyuvar a la construcción de un país pluricultural y plurinacional, como se establece en nuestra actual Constitución.

Pero es hora, igualmente, de que esa democratización signifique  que al interior de la Casa de la Cultura sus miembros participen de manera permanente y activa en sus proyectos y actividades; superando la visión del miembro como simple votante, al que se acude cada cuatro años para pedirle el voto; reproduciendo en este sentido la vieja práctica política que caracteriza, en general,  a los partidos políticos y  a la llamada “democracia representativa”. Requerimos una Casa de la Cultura fuerte, pero de todos y para todos.

Finalmente, es necesario que en el nuevo Directorio se refleje esa democracia y esa diversidad; una diversidad ideológica, generacional y por actividad cultural, evitando en este último caso el que haya en el Directorio una sobrecarga de representación a favor de alguna actividad o sección específica. Y esta diversidad es la que precisamente se refleja en la Lista 1

La Casa de la Cultura enfrenta hoy, pues el reto de cambiar o sucumbir. No permitamos que esto último suceda.