martes, 8 de noviembre de 2011

Departamento Editorial de la CCE-Azuay













Por Eliécer Cárdenas

La Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión» dispuso de una imprenta prácticamente desde su fundación, con la cual, a lo largo de varias décadas, se editaron obras de autoras y autores cuencanos, forzosamente de calidad desigual, pero que constituyó un espacio democrático para la difusión de la literatura y el pensamiento de la intelectualidad cuencana.

De unos años a esta parte, la actividad editorial de la institución se ha restringido de manera preocupanete, a pesar de que se constituyeron comités editoriales que finalmente no pudieron ejercer sus funciones en vista de la falta de voluntad de quienes dirigían la institución. Esporádicamente se publicaron varios libros, en donde más bien se tomaron en cuenta consideraciones de orden personal y de amistad, sin que se ofrezca un espacio realmente inclusivo para autores y autoras locales, en especial jóvenes que no pertenezcan al círculo de amigos y familiares de los directivos institucionales. Entretanto y sin exageración los autores y autoras cuencanos salvo unos pocos «privilegiados» no pueden editar sus libros ya que la imprenta de la Casa de la Cultura es la única, en definitiva, que teóricamente publica libros, puesto que las otras instituciones cuando lo hacen se rigen más bien por políticas coyunturales, con la edición de libros de lujo como lo hace la Municipalidad de Cuenca. Las universidades editan esporádicamente obras de su Academia, pero no significan espacios de apertura.

















Es por ello que la lista 1 para la dirección de la CCE, Núcleo del Azuay, presidida por Jaime Idrovo Urigüen plantea la creación de la Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Azuay, pero no en el membrete sino como una verdadera infraestructura profesionalmente concebida que abarque, desde la preproducción, con un área de selección bajo criterios que sean al mismo tiempo rigurosos e inclusivos, con comités de selección rotativos y especializados en cada área: Poesía, Narrativa, Teatro, Ensayo, y las áreas de Ciencias Sociales, Historia y Geografía, Arqueología, Patrimonio, Antropología, revistas y boletines, catálogos de arte, afiches,etc.

Una política editorial realmente tal, tiene que ver no solo con la edición sino con la circulación y los derechos de autor. Consideramos que cada autor y autora tienen derecho a percibir regalías de las obras o artícuos que edite la CC, que de alguna manera reconozcan su labor. Los libros editados por la institución han permanecido embodegados a veces por décadas debido a la falta de una política de difusión, que se puede realizar a través de convenios nacionales e internacionales, sistemas de canje y promoción en paquetes atractivos y variados. El diseño moderno y atractivo de las ediciones contribuiría a su promoción, todo ello concebido profesionalemente. De igual forma la editorial tendría ediciones digitales para sus colecciones y revistas, dentro de la más amplia apertura y sin exclusivismos generacionales o de género. Estamos dispuestos a hacerlo.

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