lunes, 7 de noviembre de 2011

DESDE LA CASA DE LA CULTURA, NÚCLEO DEL AZUAY: UNA MEDIATECA PARA CUENCA Y SU PROVINCIA

Como miembro de la Casa de la Cultura, y con mucho respecto frente a esta institución, me permito  hacer llegar mi opinión acerca del proyecto de Mediateca que plantea la Lista 1.
Msc. Dominique Gomis Santini

Palabras claves como: colectividad, territorio, informática, mediática, conectividad, enlace, información, multimedia, biblioteca, musicoteca, pinacoteca, videoteca, cinemateca, archivos, mapoteca, museo, didáctica, interculturalidad, intergeneracionalidad, talleres experimentales, exposiciones, conferencias, debates, conversatorios, espacios abiertos y escenarios, y muchos otros recursos más, definen a todo un conjunto interconectado de instrumentos para acceder a la cultura en todas sus expresiones, para conocerla, para empreñarse de ella, para construirla, para ser parte de lo que diferencia al ser humano de las demás especies vivas

La Mediateca llamada también «biblioteca multimedia» permite disponer de un espacio, a la vez real y virtual, y de libre acceso, a la disposición de las colectividades que habitan dentro de un territorio particular para que puedan formar parte del quehacer cultural.

En el caso concreto de la CCNA, lo real está constituido por un amplio espacio subutilizado actualmente y,  también, por fondos importantes y muy variados, entre los cuales destacan:

--un archivo histórico que reúne documentos de la Colonia y la República;
- una pinacoteca constituida por obras realizadas por destacados pintores;
-una cinemateca que abriga una colección de películas clásicas, contemporáneas y también de cortos metrajes y videos;  
-una biblioteca que almacena cerca de 30.000 títulos, acompañada por una hemeroteca de más de 80.000 artículos de revistas (una de las más completas en el País), ambas apoyadas sobre seis catálogos digitales, y un fondo mediático;
-una editorial renovada, pero asimismo subutilizada;
-el Museo Arqueológico, el «Manuel Agustín Landívar», situado en el barrio de Todos los Santos.

A este inventario, habría asimismo que integrar otro fondo, muy importante, relacionado con la cultura popular: el Instituto Azuayo de Folklore, y que, desafortunadamente fue echado a la calle, para que en su lugar se instale la Sala «Proceso» (habiendo tanto espacio libre en el edificio, uno se pregunta ¿por qué se llegó a semejante  extremo? A no ser que fuera uno de los medios ideados para «abandonar nuestra  mentalidad de maíz», como lo expresó Cristóbal Zapata, hace algunos años, en un acto público). Hablamos entonces de una reserva etnográfica laboriosamente constituida y mantenida por nuestra querida Gloria Pesántez, directora de dicho Instituto, que nos dejó demasiado temprano, hace casi dos años ya.  Sin embargo de lo cual, no es aún tarde para recuperarlo, puesto que Gloria lo trasladó a la reserva etnográfica del ex- Museo del Banco Central del Ecuador, ahora Ministerio de Cultura, pudiendo considerarse la devolución del mismo a fin de que se reintegre a la Casa de la Cultura y ocupe el sitio que le corresponde en el Centro de Estudios Kañaris, que igualmente alimentará las investigaciones difundidas sobre este tema a través de la Mediateca.
 
En el ámbito de lo virtual, está pues, todo por construirse: se trata en primer lugar de integrar todos estos fondos en una red mediática, accesible desde cualquier sistema informático y desde cualquier lugar en el planeta, a partir de un “software” que permita la búsqueda de recursos variados de origen y temas diferentes, desde archivos cinematográficos hasta referencias bibliográficas, entre otros. Es decir que no solamente la CCNA podrá hacer conocer los recursos que abriga, sino que tendrá la oportunidad de hacer parte de la comunidad mediática global y podrá acceder a recursos ubicados en otras partes del mundo. Para esto, es indispensable que la  misma integre el “Protocolo OAI” (Open Archives Initiative’s Protocol for Metadata Harvesting), instrumento facilitador de intercambio de información entre proveedores de datos  y proveedores de servicios,  sin que los documentos involucrados se mueven de su lugar de origen. De esta forma, asegurará tanto la permanencia y visibilidad de sus fondos, como el acceso a otros fondos almacenados en la mega base del OAI.


A su vez, la Mediateca servirá como plataforma de producción, intercambio y difusión de documentos electrónicos elaborados por la CCNA, a partir de una sola interfase: archivos documentales, fichas de lectura y notas bibliográficas, acceso a sistemas de georeferenciación, a fin de recuperar información sobre sitios patrimoniales, por ejemplo. Asimismo, podrá velar por la gestión, protección y conservación de los documentos digitalizados, un aspecto sin el cual no podrá permanecer, ni crecer. Paralelamente, debe ampliar el ritmo y volumen de publicaciones impresas.

Fortalecida en el aspecto tecnológico,  la Mediateca se presentará entonces como una plataforma de educación y comunicación al servicio de la colectividad azuaya. En efecto, su objetivo principal es el de proporcionar al contingente de estudiantes primarios y secundarios, un poderoso instrumento de formación y apoyo académico, mientras que brindará a sus profesores, soportes didácticos «primarios»: los libros, las redes globales, etc., y «secundarios»: productos elaborados para las clases a partir de una documentación tanto digital como impresa: véase fichas de lectura, fichas de investigación, por ejemplo. 
En el caso de los estudiantes primarios, hay que modelar amplios espacios adecuados para niños, pensando también en su temprana edad: mobiliario, decoración y acceso fácil a catálogos simplificados para que los puedan usar, etc., dentro de los cuales ellos puedan circular y sentarse a sus anchas. De suerte que la Mediateca, a más de especializar al actual personal de la Biblioteca a este nuevo medio, tendrá que contratar con un/a educador/a para guiar a los niños, organizar talleres de trabajo sobre cómo utilizar y manejar un catálogo, sobre cómo utilizar los recursos presentes en la investigación. Es decir un personal que asegure el aprendizaje de la autonomía en materia de uso de este recurso.

En el caso de los estudiantes secundarios, los espacios tienen que responder a sus necesidades, a la vez que deberá contratar un/a educador/a para el apoyo en el manejo de los recursos que ofrece la Mediateca.

                Otra «población meta» a la cual debe dirigirse la Mediateca, la constituyen los adultos mayores, quienes pueden encontrar en este espacio un lugar de entretenimiento intelectual y de intercambio generacional con actores de diferentes edades. No faltarán ideas y prácticas por parte de los miembros de la Casa de la Cultura, que podrán organizar talleres creativos y hacer que este novedoso espacio se convierte en una plataforma de interacción cultural.
Finalmente, una Mediateca permitirá que viva, circule y actúe la interculturalidad. En un país como el Ecuador y en una región histórica de por los menos 4.000 años de antigüedad, como lo es «el Austro», y que continúa  expresando una cultura diversa y enraizada en sus espacios rurales, sería absolutamente inconcebible pasar por alto este tema, en el cual se centra el sentimiento de pertenencia a una identidad en particular. Por eso, la Red Cantonal de Casas de la Cultura en la provincia del Azuay apoyada en las Juntas Parroquiales y que propone la Lista 1, encontrará en la Mediateca el instrumento perfecto para tejer el eje intercultural campo-ciudad, conservando y perennizando la identidad de sus pueblos, a fin de resistirá los efectos perversos y destructores de la globalización. En este sentido, la Mediateca en Cuenca deberá enlazarse con los sub centros mediáticos que puedan crearse en las parroquias y cantones de la provincia.

En suma, se trata de aprovechar un instrumento de la globalización (la mediática) y de ponerlo al servicio del rescate y desarrollo de la cultura en general y, de la identidad azuaya en particular, en todas sus manifestaciones, tan golpeadas por la migración y la uniformización. Es decir, transformar una amenaza en una fortaleza.

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