martes, 8 de noviembre de 2011

MOMENTO PROPICIO PARA LA CREACIÓN DE LA SECCIÓN DE PATRIMONIO CULTURAL




















Jaime Idrovo Urigüen
Candidato a presidente CCENA/ Lista 1

                De hecho, en algunas ocasiones nos hemos preguntado sobre la conveniencia de contar con un número crecido de secciones en la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Son doce y muchas de ellas no funcionan, o quizá incluso, nunca funcionaron. De suerte que poner sobre el tapete de la discusión el tema de ¿cuáles deben permanecer y cuales deben desaparecer? puede resultar oportuno, aunque nosotros estamos seguros de que todas ellas se merecen un sitial dentro de la Institución y que lo importante no radica en su eliminación, sino por el contrario, en generar una verdadera reingeniería que permita agrupar secciones por objetivos comunes, permitiendo que entre ellas se estructuren proyectos de realización común, con lo cual la dispersión queda superada y prevalecerá la complementaridad  de conocimientos y su interacción.

                Aparte de lo expuesto, es imperioso contar con nuevas secciones que de alguna manera sean el aglutinante de  las demás, puesto que comporten un carácter incluyente frente a la casi totalidad de las secciones ya existentes. 

                Este es el caso de lo que sería la Sección de Patrimonio Cultural, en una época en la que, por fin, despertado de su marasmo, se comienza a observar este capítulo, en las vertientes del patrimonio materia e inmaterial, como elementos transversales de la cultura en general.

                Nos preguntamos sin embargo ¿para qué una sección que reproduce el rol del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural? Debiendo contestar en primer lugar, que el mismo, al igual que la Casa de la Cultura Ecuatoriana, se encuentra en la mira del la Ley de Cultura que pretende cortar de raíz su autonomía, al eliminar las leyes orgánicas que las sustentan y que en el caso del INPC, este parece ser un tema casi cerrado, puesto que no se han escuchado voces de protesta o cuestionamiento al respecto. 




















Por lo mismo, aparte de contar desde la Casa de la Cultura con una sección que articule los conceptos, la ley y los reglamentos del patrimonio cultural ecuatoriano, dentro de los diferentes proyectos que ejecute, queda la urgencia de que el propio INPC cuente con una veeduría externa para que su propio accionar, si es que no desaparece en el marasmo de la ley que plantea el Ministerio de Cultura y el régimen de Correa, pueda seguir una dirección correcta; por ejemplo: no sujeta a la disposición de los mandos medios, que en muchas ocasiones hacen y deshacen del Instituto, sin considerar los efectos sobre nuestro patrimonio material construido;  también, sobre los abusos que cometen las agrupaciones religiosas en contra de las tradiciones ancestrales de las comunidades indígenas y campesinas, sus toponimias, etc., incluyéndose el abuso de las instituciones públicas y privadas que usan las cimas de cerros tutelares para la ubicación de instalación de tele comunicación, etc., etc.

Se viene además la reorganización del Código Penal, en cuyo cuerpo se incluye la penalización de los delitos contra el patrimonio nacional. Tiempo por demás oportuno para que desde la Casa de la Cultura se estudie y analice con criterio técnico y autónomo este particular, a fin de proponerle al Estado un conjunto de normas y procedimientos que apunten a la construcción de una ley justa, pero enérgica, que proteja los bienes, las prácticas, y los pensamientos que han tallado nuestra identidad histórica y cultural.

Por lo mismo, estas y otras tareas, justifican de sobra la creación de la Sección de Patrimonio Cultural, en tanto que punto de enlace con las demás secciones, constituyéndose además en una ventana crítica de las políticas y obras que ejecutan organismos como el INPC y últimamente los municipios descentralizados.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario